domingo, 21 de octubre de 2012

Silencio


El silencio está tremendamente infravalorado. La gente cree que para estar con otras personas de forma confortable se tiene que estar hablando el mayor tiempo posible. En un grupo de más de diez personas el resultado es una horrenda cacofonía que impide que uno escuche incluso sus propios pensamientos.

Para aquellos pocos que saben cómo disfrutar de un ambiente tranquilo y silencioso estar en, por ejemplo, una clase en la que todos los alumnos están hablando al mismo tiempo resulta muy desagradable, llegando incluso a causar reacciones físicas como un dolor de cabeza.

El efecto adverso de estas situaciones se acentúa más por la costumbre humana de gritar más que el de al lado. De este modo la cacofonía va subiendo el volumen hasta convertirla en lo que parece una asamblea de gallos al amanecer. Solo que este amanecer puede durar horas.

1 comentario:

  1. Una entrada realmente acertada.
    Se nos ha enseñado que la comunicación es importante y los silencios están únicamente porque no existe esa comunicación. Así que haya algo que decir o no, se debe hablar.
    Hay gente que en estas situaciones se pone tenso y alza el volumen inconscientemente. Los de su alrededor no escucharán a quien tengan al lado, así que alzarán el volumen. Es un círculo vicioso...

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