martes, 16 de octubre de 2012

Visión


Me dolía la cabeza. Me dolía tanto que apenas era consciente del frío a mi alrededor, y no me di cuenta de que me había caído hasta que mi cuerpo impactó contra el asfalto, y ni siquiera entonces me importó. Todo me daba vueltas, era incapaz de centrar mi atención en un objeto porque estos bailaban ante mí, divididos en tres formas iguales que iban de la mano.

Por no notar, apenas era consciente de la sustancia caliente que cubría buena parte de mi hombro derecho, brazo y costado.

El sonido de tambores que parecía haberse instalado en mi cabeza se intensificó, y los objetos a mi alrededor comenzaron a difuminarse.

Lo último que vi, antes de perder el conocimiento tirada en una vía de servicio de la autopista, fue un arcoíris de luces brillantes acercándose lentamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario